Vulvodinia: avanzamos hacia el reconocimiento de la patología

De la patología en las sombras a los focos. La vulvodinia, una patología neuropática del área genital externa femenina, se está convirtiendo en un trastorno que ya no debe ocultarse, un tabú, sino una bandera del derecho femenino a la salud. La vocera es Giorgia Soleri, ya no conocida solo como la novia de la estrella de rock Damián de la Maneskin, sino ahora como portadora de conocimiento y actividad social sobre un tema que muchas mujeres siempre han mantenido en secreto.

Después de una reunión en la Universidad Católica de Roma con más de 250 estudiantes, esta mañana 3 de mayo Giorgia Soleri asistió a la conferencia de prensa en la Cámara de Diputados sobre el proyecto de ley para el reconocimiento de la vulvodinia por parte del Servicio de Salud nacional y estatal." Mi vida en estos días consiste en despertarme por la mañana, mirar alrededor y decir: '¿Es todo verdad?' Me parece imposible. Me parece un sueño pero si es un sueño no me despiertes!». A su lado estaba su novio Damiano David, el frontman de Maneskin, que siempre ha apoyado y compartido su proyecto de sensibilización e información sobre la vulvodinia y la endometriosis: «Estoy aquí como aliado, amigo, compañero».

Qué es la vulvodinia

Es un síndrome neuropático caracterizado por la inflamación de los nervios del área genital externa femenina y pélvica, debido a una hipersensibilidad de las terminaciones nerviosas a nivel vulvar y de la entrada vaginal. Hasta hace poco tiempo, la vulvodinia a menudo se consideraba una condición psicológica más que una enfermedad, y aún hoy en día está en gran parte infradiagnosticada y a menudo se confunde con el vaginismo (una fobia que impide la penetración o solo toca el área genital).

Hoy empezamos a hablar de la vulvodinia como una enfermedad incapacitante, infradiagnosticada y por tanto aún mal tratada y ni siquiera reconocida por nuestro Sistema Nacional de Salud, por lo que todos los tratamientos corren a cargo de la paciente. La vulvodinia, o dolor vulvar, no es un síndrome raro y sobre todo el dolor y el diagnóstico tardío llegan a comprometer la calidad de vida, incluida la sexual, de las mujeres jóvenes. La vulvodinia es en realidad un síndrome neuropático caracterizado por la inflamación de los nervios del área pélvica y genital externa femenina debido a una hipersensibilidad de las terminaciones nerviosas a nivel vulvar y en la entrada vaginal.

Las causas de la vulvodinia

Puede tener diferentes causas que van desde infecciones bacterianas o fúngicas, hasta atrofia vulvovaginal debida a la menopausia o por condiciones asociadas a un bajo contenido hormonal como el uso de anticonceptivos en dosis demasiado bajas o la lactancia.

  • También lesiones del nervio pudendo por parto o traumatismo, incluso por relaciones sexuales,
  • cirugías
  • enfermedades como la endometriosis que, aunque provocan un profundo dolor en la penetración, suelen generar una especie de reacción de defensa con dificultad incluso en el introito vaginal.

Los síntomas

La Vulvodinia generalmente se presenta con síntomas vulvares como ardor, irritación, sequedad, sensación de abrasión y cortes en la mucosa, tensión, dolor constante en la región vulvar. La mujer también puede referir hinchazón de esta zona, incapacidad para permanecer sentada, cistitis recurrente y dolor pélvico crónico o incluso una importante reacción de contractura de los músculos que rodean la entrada vaginal que aumenta la sensibilidad de esta zona.

El diagnóstico

La visita ginecológica, en primer lugar, nos ayuda a tener la sospecha diagnóstica de vulvodinia. Indispensable para el diagnóstico es la prueba del hisopado, un examen que se realiza con un toque realizado con un hisopo de algodón en la zona vulvar y sobre todo en el vestíbulo, es decir, la zona de transición entre la vulva y la vagina para ver si un simple estímulo táctil en cambio, puede percibirse como doloroso precisamente debido a la hipersensibilidad de las fibras nerviosas.

Los tratamientos

Es muy importante recuperar el control de los músculos que rodean la entrada vaginal, que muchas veces presenta una hipercontracción que no se puede controlar voluntariamente. Es fundamental la ayuda de un fisioterapeuta o matrona experta en suelo pélvico que, con diversos métodos, pueda ayudar a la paciente a recuperar el control voluntario de los músculos. Dado que la vulvodinia implica asociar la actividad sexual con el dolor y no con el placer, afectando el deseo y la excitación, también es útil consultar a un sexólogo.

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