Música navideña, cómo actúa sobre la mente y las emociones=

Falalalà lalallalàJingle bells, jingle bells, jingle all the way. Y podría continuar casi indefinidamente. En estas semanas la música navideña está en todas partes. Y si por un lado trae alegría y crea la atmósfera adecuada, por otro puede despertar emociones negativas porque está ligado a recuerdos desagradables. «La música en general estimula muchas emociones pero también está ligada a la experiencia personal. Por eso hay canciones que pueden despertar sentimientos negativos», explica la Dra. Anna Shcherbakova, pedagoga, psicóloga y neurocoach de Fonti di Nitrodi, en Ischia.

Música navideña, cuando las siete notas tienen un valor terapéutico

En general, escuchar música, pero también cantar y bailar, son actividades que estimulan la producción de serotonina, dopamina y endorfinas. En otras palabras, te hacen sentir bien y te dan buen humor. Pero ese no es siempre el caso.

«De hecho, la música evoca muchos recuerdos. Cuando, escuchando una canción navideña, los recuerdos son positivos y el recuerdo de la tradición reconfortante, todo está bien. Pero si ya estamos luchando para afrontar esta época del año, la cosa cambia. La música navideña puede convertirse en un estribillo angustiante que nos recuerda todo lo que nos queda por hacer, o cómo debemos sentirnos cuando, en realidad, intentamos otra cosa», explica Carolina Traverso, psicóloga y profesora de mindfulness.

En particular, la música navideña está ligada a los recuerdos y vivencias pasadas, por ello, en casos de grandes cambios ocurridos durante el año, puede no ser agradable escucharla porque crea conciencia de que el pasado no cuadra

El poder de la música navideña y más: ¿cómo afecta al cerebro?

¿Pero por qué la música tiene tanto poder? “En nuestras vidas estamos constantemente rodeados de música, desde el nacimiento hasta la muerte. Es esencial porque toca áreas ocultas dentro de nosotros mismos, despertando sentidos y percepciones», explica la Dra. Shcherbakova.

La música, de hecho, juega un papel fundamental no solo en las emociones y en el cerebro, no es casualidad que también se utilice como fondo para muchas terapias. De hecho, la combinación de las siete notas aumenta la concentración y la memoria, además de reducir el nivel de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar el de las hormonas positivas. En otras palabras, la música trae buen humor. “Además, otros beneficios son la disminución de la presión, la influencia del placer, la mejora del estado de ánimo, la plasticidad del cerebro y la mejora de la calidad de la red neuronal”, explica el experto de Ischia.

Música y memoria, una combinación no siempre acertada

Pero la música también estimula los recuerdos. Y no siempre de manera positiva, porque saca a la luz las emociones reprimidas vinculadas a hechos no positivos y, de hecho, ocultos. “La música navideña suele evocar alegría porque estimula la parte frontal del cerebro, la límbica gracias a instrumentos alegres como los cascabeles. Sin embargo, ese no es siempre el caso. Precisamente porque la música actúa sobre la memoria, si está ligada a recuerdos negativos que han quedado sepultados en el inconsciente, al escucharla de nuevo todo resurge. En este sentido es muy positivo, porque ayuda a expresar las emociones de forma ecológica, pero al mismo tiempo, sobre todo en momentos como la Navidad, puede ser difícil» continúa la Dra. Shcherbakova.

A esto se suma otro factor: «Quienes viven una situación como esta muchas veces piensan que no pueden decirlo porque temen arruinar la felicidad de los demás.El resultado es una enorme cantidad de presión para fingir que todo está bien, lo que hace que la tristeza y la pérdida sean aún más difíciles de soportar. Cabe recordar que el corazón necesita su tiempo para sanar y, aunque aislarse por completo no es bueno, la soledad en estos casos también puede ser balsámica. Legitimémonos, pues, para tomarlo cuando lo necesitemos» concluye el Dr. Traverso.

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