¿Sigo esperando un gran amor o estoy satisfecho?

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Hola Ester, esta es mi biografía de amor: Soy A. Tengo 35 años y vivo en mi ciudad natal, en la provincia de Bari, que a veces considero "mis prisiones" , a veces mi isla feliz.

Estoy comprometido desde hace 10 años. 10 años de ir y venir, una convivencia y finalmente la ruptura, cuando tuve la madurez de entender que la rutina de una historia enfermiza no era normal.

Tras él solo historias pasajeras, fantasmas como si no hubiera un mañana, y la conciencia de que en esta Era todo va demasiado rápido. En el último año salí con: “la narcisista”, “la solitaria”, “la tindersita”, “la abstemia (Dios no lo quiera)”, un chico de “una noche en llamas y vete”, “la traicionada”.Entonces por fin volví a sentir el amor, esa sensación de mariposas en el estómago, un beso robado bajo la lluvia, mirarnos a los ojos y entendernos, y todas esas otras cosas ahí. Lástima que esta historia también haya llegado a su fin, porque tenemos un trabajo que absorbe por completo nuestros días, vivimos a 500 km de distancia y él está separado con dos niños pequeños que cuidar.

Ahora, a la luz de todo esto, vivo tranquilo mi vida, compuesta por un trabajo que me permite conocer gente siempre, tengo muchos amigos y he vuelto a viajar (como era costumbre antes de 2020), practico un deporte de competición, vivo solo, en fin, no me f alta nada y soy feliz. Toda esta felicidad, pero me gustaría poder compartirla con alguien, el consejo que te pido es: sigue esperando que llegue el amor, ese que te aturde un poco (y eso es lo que espero), o me doy cuenta que tal vez es mejor conformarse con una relación básica que me permita despertarme por la mañana y no sentir que tengo que luchar solo en el mundo muchas veces?

Un abrazo, A.

Respuesta de Ester Viola

"

Ester Púrpura

Estimado A.,

Sin alguna tontería solemne no hay vida. Antes de todo esto.

Entonces, habiendo alcanzado un estado de relativa paz, en torno a los treinta años, salvo contadas excepciones de familias técnicamente perfectas que alardean en Instagram para mostrarnos qué pozos de felicidad les da la vida, todo el noventa y nueve por ciento del mundo, después de un buen número de estafas y cuando la última herida ha dejado de sangrar se hace la misma pregunta.

¿Y ahora? ¿Qué debo hacer? ¿Todavía me enamoro perdidamente o estoy satisfecho?

5 cosas para entender sobre el amor

Lo que entiende el Sujeto Amoroso hacia los treinta años:

1) No existe el "soy capaz" cuando se trata de ser amado.

2) La iluminación (respiro) llega más o menos cuando te das cuenta de que ser feliz con alguien rara vez se parece en nada a lo que estabas buscando.

3) Te das cuenta de que los mejores éxitos sentimentales -tú y los que no te gustan- dependen más de cómo te niegas a ti mismo que de lo que das.

4) No hay justicia en el medio.

5) El amor no funciona con paciencia, menos con prisa, no funciona con desinterés, no funciona cuando estás demasiado aplicado. No funciona ser demasiado bueno. El amor no funciona en manos de los malvados, ni siquiera cuando son los más inteligentes. No funciona. Es la única certeza.

Las alternativas al amor

Cuando se trata de la cabeza, uno resume para concluir que cualquiera, si tiene cierta habilidad para conceder poco, se convierte en un dios. Es escapar, lo que marca la diferencia entre lo deseable y los demás.Sucede porque la gente, cuando no está, te ves obligado a imaginarlos. Cuanto menos los ves, más los inventa. Cuanto más los inventes, más perfectos te quedan.

Entonces las dos alternativas:

1) espera espera espera. ¿Eso? Para convertirme en los felices y asentados, encontraré a alguien adecuado para mí.

2) conformarse con algo un poco más pequeño.

Lea aquí todas las Relaciones Defectuosas de Esther Viola

Lo que sabemos con certeza sobre el amor

Vivimos demasiado inclinados hacia un vértice. Nunca podemos sentirnos simplemente satisfechos. Tenemos que sentirnos desesperados o emocionados, y estos son dos estados de ánimo difíciles de lograr en una relación estable.

¿Y si Nick Hornby tiene razón?

O Tolstoy: los amores felices existen solo para la reflexión, pero son algo que puedes hacer cuando ya te has vuelto loco. Es como la escarlatina, tienes que pasar por ella.

Al igual que la escarlatina, hay que atravesarla.

Porque al final te habrás dado cuenta, A., de que para el amor no cuentan los felices y los infelices, sólo existen los que se separan y los que no. Y todo esto, en gran parte al azar.

Recuerdo entonces que un día de mi juventud me puse a buscar la que podría ser mi definición clínica de estar enamorado, y era esta: quien decide cómo me siento es otro. Para las 24 horas. Decide cómo me despierto, si dormiré o no esa noche, qué sueños tendré, si tendré hambre.

Quien decide cómo me siento es otra persona. Y me gustaba cada vez menos, cada vez menos. Cada vez menos.

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