Sandía y melón: propiedades y falsos mitos

Sandía y melón: no cabe duda de que estas son las frutas de verano por excelencia. No en vano, se trata de alimentos que, sobre todo cuando hace mucho calor, pueden ser una ayuda válida para la salud.

Compuesta casi en su totalidad por agua y rica en vitaminas y sales minerales, la sandía, también llamada sandía, y el melón poseen indiscutibles propiedades beneficiosas que, sin embargo, no deben llevarnos a subestimar sus contraindicaciones: aunque ahora se les conoce como auténtico superalimento, de hecho, tanto el melón como la sandía pueden esconder algunos pequeños escollos.

Para aclarar, con la ayuda de la Dra. Maria Bravo, nutricionista de Humanitas San Pio X, intentamos investigar cuáles son los beneficios reales que estas dos frutas de verano aportan a la salud, pero también las posibles contraindicaciones y falsos mitos que nos puede engañar.

Sandía y melón: frescos y saludables

Tanto la sandía como el melón provienen de una planta perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, de la misma especie que la calabaza, el calabacín y el pepino.

La principal característica de estas frutas de verano es que están compuestas casi en su totalidad por agua, en un porcentaje del 95%, en el caso de la sandía, y del 90% para el melón. Además, sus virtudes hidratantes se ven potenciadas por la presencia de sales minerales como el potasio, el fósforo y el magnesio que hacen de la sandía y el melón dos excelentes alimentos cuando hace mucho calor. De hecho, el consumo adecuado de estas frutas permite reponer las sales minerales dispersadas a través del sudor, contrarrestando así la sensación de agotamiento en los días más calurosos.

Pero eso no es todo: el melón y la sandía también combinan estas propiedades nutricionales con las virtudes de las vitaminas, como la vitamina C, presente en mayor cantidad en el melón, y el betacaroteno, precursor de la vitamina A, útil para preparar piel bronceada. En definitiva, un motivo más por el que la sandía y el melón no deben f altar en nuestra mesa en verano.

Sandía y melón: porque te hacen bien

Además de su poder remineralizante, la sandía y el melón son alimentos amigos del bienestar también porque, al ser ricos en agua, favorecen la eliminación del exceso de líquidos: por eso también se recomiendan para contrarrestar la la tan odiada celulitis y para depurar el organismo de residuos.

¿Las calorías? Muy pocas y eso explica por qué es posible llevar sandía y melón a la mesa incluso estando a dieta: de hecho estamos hablando de 16 kcal por 100 g de sandía y 33 kcal por 100 g de melón. Sin mencionar que ambas frutas son alimentos tácticos porque brindan una alta sensación de saciedad, un factor particularmente importante cuando se siguen dietas bajas en calorías.

Sandía: el poder del licopeno

La sandía también contiene licopeno, una sustancia natural también presente en los tomates y responsable del color rojo de la pulpa. ¿Sus beneficios? El licopeno tiene excelentes virtudes antioxidantes y antiinflamatorias. No es casualidad que la sandía también pueda considerarse un elixir de belleza para la piel, ya que, además de aumentar el bronceado, también ayuda a contrarrestar los radicales libres y los primeros signos de la edad.

.. y citrulina

Pero los beneficios de la sandía no son solo estos. De hecho, la sandía también contiene citrulina, un aminoácido no esencial útil para la circulación. Su superpoder parece ser el de prevenir la hipertensión y proteger el sistema cardiovascular. No solo eso, también se reconoce que la citrulina tiene virtudes importantes para los deportistas, ya que ayuda a disminuir la fatiga muscular y mejora el rendimiento aeróbico.

Sandía: ¿realmente es afrodisíaco?

Solo la citrulina que contiene la sandía habría contribuido a generar la creencia de que la sandía es una fruta afrodisíaca. ¿La razón? Dado que esta sustancia aumenta la vasodilatación, también podría promover la erección y contrarrestar la disfunción eréctil.

Pero ojo: un aspecto a tener en cuenta es que esta súper sustancia está presente sobre todo en la parte blanca de la sandía, es decir, la que separa la pulpa de la cáscara y que suele desecharse.

Melón: las virtudes de la adenosina

El melón, por su parte, es un poderoso aliado para la salud ya que contiene folatos, es decir, los precursores del ácido fólico, vitamina fundamental para nuestro bienestar, y sobre todo adenosina, es decir, un compuesto que ayuda prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares gracias a su acción fluidificante sobre la sangre.

Además de las virtudes que comparte con la sandía, el melón, gracias al aporte de Vitamina A, ayuda a proteger la salud ocular, limitando el riesgo de degeneración macular, y también a fortalecer el sistema inmunológico por ser excelente fuente de vitamina C.

Cuidado con los falsos mitos

Si las propiedades beneficiosas de la sandía y el melón son por tanto muchas, ten cuidado de no caer en algunas trampas y falsos mitos.

Antes que nada, nunca te excedas: aunque son frutas bajas en calorías, de hecho, es bueno no olvidar que tanto la sandía como el melón son muy azucarados y su consumo debe mantenerse bajo control.

Sandía y melón: ¿cómo ajustar con cantidades?

Para no exagerar con el consumo, se recomiendan dos raciones al día de sandía, para un total de 300 gramos como máximo. Una deliciosa e inteligente idea para no exceder las dosis indicadas es licuar la pulpa de la sandía y ponerla en moldes para paletas heladas.De esta forma la cantidad se reduce mucho pero parecerá que estás comiendo mucho más.

En cuanto al melón, conviene ceñirse a la dosis de dos rodajas al día para un total de unos 150-200 gramos, prestando atención también a los maridajes.

¿Jamón y melón? Mejor evitar

Por ejemplo, es bueno tener en cuenta que en algunos casos se debe evitar el clásico plato de verano compuesto por jamón crudo y melón, que generalmente se considera una comida saludable. ¿La razón? No tanto por su aporte calórico, por muy bajo que sea, sino porque esta combinación no permite aprovechar al máximo los beneficios drenantes del melón. Si la fruta ayuda a eliminar el exceso de líquidos, por el contrario el jamón crudo, al ser muy salado, favorece la retención de líquidos.

Sandía y melón: las contraindicaciones

Otro error común, cuando se trata de sandía y melón, es consumirlos como fruta después de una comida.

Es realmente bueno tener en cuenta que el agua contenida en la sandía como en el melón puede diluir los jugos gástricos y por lo tanto reducir su acción digestiva. Por esta razón se recomienda comer ambas frutas fuera de las comidas. Por la misma razón, se debe limitar el consumo de estas frutas en caso de gastritis.

Colon irritable? Este también podría ser uno de los factores a tener en cuenta antes de comer sandía o melón: las fibras que contiene tienden a fermentar mucho y, por lo tanto, pueden empeorar el trastorno.

Sandía y melón: ¿qué hacer en caso de diabetes?

Incluso los pacientes con diabetes deben limitar el consumo de sandía y melón, dado el alto índice glucémico de estas frutas. El consejo es siempre ponerse en contacto con su médico para establecer las dosis recomendadas. En caso de diabetes también se recomienda combinar la porción de fruta con un puñado de frutos secos, para tener un menor efecto sobre la carga glucémica.

Aunque esté siguiendo una terapia diurética, finalmente, el consumo de melón debe ser evaluado con la opinión del médico ya que esta fruta podría interferir en la acción de los medicamentos.

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