No solo Bridget Jones y Judy Garland. Renée Zellweger se ha transformado una vez más para la nueva serie de televisión Lo que pasa con Pam inspirada en una historia real. Un cambio radical que proviene de los efectos especiales de la silicona y de innumerables (y pacientes) horas de maquillaje.
Renee Zellweger, se transforma de nuevo
Después de ganar peso para la primera película de Bridget Jones y después de la versión morena para interpretar a Judy Garland (que le valió el Oscar 2020 a la mejor actriz), Renée Zellweger vuelve a transformarse para las necesidades del guión.
Protagonista de la miniserie de televisión Lo que pasa con Pam estrenada el 8 de marzo de 2022 en Estados Unidos (y por ahora sin fecha en Italia), la estrella de 52 años interpreta a Pam Hupp, la mujer en el centro de una noticia de 2011 que luego se convirtió en un podcast muy popular.
Implantes de silicona y maquillaje intensivo
El físico de la verdadera Pam Hupp es muy diferente al de la actriz ganadora del Oscar, el último parecido extremo se logró -como en la era pre-digital- con prótesis y largas horas de maquillaje en el departamento de belleza
«Para este personaje usé prótesis de silicona para diferentes partes del cuerpo», escribe el diseñador de efectos especiales de maquillaje, Arjen Tuiten (ya autor del look de Angelina Jolie en Maléfica) en Instagram.
«Cuello y hombros, mejillas, barbilla y nariz, brazos y piernas». Ochenta minutos de trabajo para ponerlos, más el tiempo necesario para maquillar el rostro y el cabello.
La sacudida de los 90 con tupé
Un auténtico tour de force al que la actriz, que también es coproductora de la serie, se sometió todos los días antes del rodaje.
«A primera vista Pam es el prototipo de mujer de la que nunca sospecharías capaz de hacer el más mínimo daño», explica Zellweger en una entrevista con Today Magazine.
Para interpretarla, la actriz de cabello castaño natural usó una peluca de color rubio miel con un corte bob redondeado y un tupé de los años 90.
Perfecto, junto con el maquillaje romántico jugado en tonos rosas, para confundir al jurado en uno de los juicios mediáticos más seguidos de los últimos años.