El árbol de Navidad en el mundo, cómo cambia

El árbol de Navidad, uno de los símbolos más bellos y expresivos de la Natividad, ha fascinado a personas de todo el mundo. Las tradiciones, los hechos del pasado, el folklore local de cada pueblo son pues parte esencial de la decoración que, en su mayor parte, es la interpretación del sentimiento íntimo de cada nación, sus costumbres, su historia.

Los pueblos nórdicos, y en particular los de las zonas montañosas, sienten una cercanía ancestral y simpática con el árbol de Navidad. La nieve y los árboles de hoja perenne son el entorno natural y, por lo tanto, la tendencia a vincular ceremonias centenarias, transmitidas de generaciones lejanas, al árbol de Navidad surge espontáneamente.La decoración del árbol en sí se combina con antiguas costumbres, canciones y bailes en el marco en el que viven los árboles de hoja perenne.

Aunque se hayan producido cambios a lo largo de los siglos y la decoración haya sido influenciada por ellos, siempre ha permanecido la esencia que es una síntesis del pasado. Alemania que, a través de la obra de S. Antes de San Bonifacio, luego de Martín Lutero, nació esta hermosa costumbre, añade al árbol de Navidad una rica muestra del folclore local y abunda en elementos decorativos en su confección.

Suecia, Dinamarca, Lituania, Inglaterra y otras naciones nórdicas en la decoración del árbol, además de velas y motivos comunes, insertan toques típicamente locales, pero siempre ligados a costumbres, tradiciones y leyendas.

Francia, alejándose del cliché tradicional, hace descender el árbol de Navidad del árbol del Paraíso, una representación religiosa simbólica del pecado original.Al árbol con sus tentadores frutos, origen del pecado de Adán y Eva, se añadieron las hostias de la Sagrada Eucaristía, esparcidas aquí y allá en el follaje, signo de la redención cristiana. Con el tiempo, siguieron otros elementos decorativos locales y comunes que hicieron que el árbol fuera más rico y adecuado para la mentalidad, el gusto y el entorno modernos.

Decoración del árbol de Navidad

A medida que el uso de decorar un árbol de hoja perenne se estableció fuera de las fronteras de la vieja Europa (Estados Unidos sufrió la influencia europea), hubo interpretaciones cada vez más sugerentes y típicas. Encontramos un Brasil que desnuda cualquier árbol pequeño y lo decora con flores brillantes, velas y frutas exóticas; un México que adorna un siempreviva con flores, pájaros, vistosos adornos y prepara un pesebre típicamente mexicano al pie del árbol; un Japón que con su gusto refinado coloca abanicos abiertos entre una rama y otra de un pino intercalados con todos los mismos motivos de colgantes de cristal.

Italia ha aceptado el uso del árbol de Navidad muy recientemente ya que aquí la celebración de la santa fiesta cobró vida en el pesebre cuyos orígenes se remontan a 1223, cuando San Francisco de Asís lo hizo representar en Greccio, un Pequeño pueblo de Sabina, por primera vez, la Natividad de Cristo con personas y animales vivos en un sugerente fondo de entorno natural. En Italia, la decoración del árbol de Navidad no tiene su origen en las tradiciones locales, sino que se injerta en el estándar actual de los países nórdicos de los que deriva. Ahora, la costumbre de celebrar la Navidad con un árbol de hoja perenne se está extendiendo rápidamente y Podemos decir que es difícil encontrar una casa que no tenga su propio árbol pequeño o grande en Navidad. Cuando se acercan las vacaciones de Navidad, los árboles jóvenes están a la venta en casi todas partes, desde florerías, viveros, hasta el mercado. Está el problema de la elección; el árbol que mejor se adapte a nuestros gustos ya nuestro entorno. Verdes, de un verde insólito para los meses de invierno, todas nos parecen hermosas aunque sólo sea por esa linfa vital que ha seguido permaneciendo activa cuando, en las demás plantas, en hibernación, espera la primavera.

Cómo cuidar el árbol de Navidad

Elegimos uno y se lo llevamos a casa. ¿Dónde arreglarlo? Huele a fresco y a bosque. Habrá que ponerlo en un lugar donde res alten sus cualidades naturales, procurando que, en el rincón más adecuado, siga liberando su mágica sensación de frescor y fragancia. Vivimos en un mundo artificial y mundo mecánico, tan alejado de las verdaderas necesidades del hombre, y ese árbol que brotó de la tierra en el ambiente navideño debe devolvernos a ese medio natural del que nos hemos distanciado, debe hacernos reencontrar los lazos perdidos, devolvernos la sentido de la naturaleza.

Busquemos un marco adecuado para ella, demos aire y aliento a sus ramas siempre verdes. A la hora de disponer, el sentido estético es de capital importancia aunque tendremos que tener en cuenta el práctico que nos sugiere elegir el mejor rincón de la habitación más concurrida.

El árbol de la habitación más concurrida será la imagen omnipresente de la Navidad, una imagen serena y relajante. Una vez elegido el lugar más adecuado para la planta, habrá que pensar en decorándolo En este trabajo entrará ese poquito de creatividad que todos tenemos, porque el árbol de navidad no debe ser algo estereotipado y fijo, sino la expresión de nuestra personalidad. Cada uno puede darle a la decoración la forma que quiera intentando en lo posible permanecer cerca de la naturaleza. Volviendo en el pensamiento a aquella Nochebuena en la que Martín Lutero, atraído por la belleza del paisaje nevado, quiso llevarse a casa un abeto para adornarlo con velas encendidas, quizás ayude a no desviarnos del concepto más puro de lo tradicional. árbol. Las llamas parpadearon y parpadearon mientras la nieve congelada parpadeaba y brillaba bajo las estrellas.

La redacción, El jardín de flores, 1971

Por Orticola di Lombardia

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