Muchos dicen que esta pandemia, que obliga a todos a quedarse en casa, aislados de los demás, puede fortalecerse, ser más consciente y humana. Lamento tener que "cantar fuera del coro", pero no lo creo. En cambio, creo que tan pronto como suelten las riendas, todo se reanudará como antes., de hecho quizás peor que antes, porque intentaremos recuperar el "tiempo perdido".
En estos días Coloreé el carrito de flores que estaba dolorosamente oxidado, y como tenía el pincel en la mano, no escatimé esfuerzos y llegué a todo lo que había a mi alrededor volviéndolo nuevo, así como la mesa redonda donde en verano suelo almorzar con mi familia. Luego leo, escribo, cocino y … me aburro.
Por la noche, cuando me acuesto muy tarde, siento angustia. Y la angustia crece cuando pienso que todo es real y que el asunto no será para nada corto. En el tiempo antes de dormir trato de consolarme, creo que tenemos suerte en esta guerra nuestra, si nos quedamos en casa puede que no nos muramos, tenemos mucho sustento tecnológico, no pasamos hambre, al contrario, nos hartamos aún más de lo habitual. Además, no estoy solo. Mi familia es verdad, no están aquí, están en sus casas y nos sentimos solos en el teléfono o en la videollamada pero, mi gato Tinkerbell está aquí conmigo. Ahora, mientras escribo, ha tenido a bien subirse a mi regazo, se ve fascinada por los saltos de las teclas, se ha puesto cómoda y ronronea.. ¿Qué más podrías querer? Bueno, ciertamente puedes querer una vida normal, donde puedas salir libremente, sin usar bozal y sin tener que alejarte al menos un metro de los demás. Aquí, me gustaría salir de esta vida irreal lo antes posible.
Laura Traverso
