Muy consciente de lo que funciona mejor para ella, a Helen Mirren le encanta experimentar con modas inesperadas y originales y cortes a la medida. Especialmente cuando se trata de su estampado favorito, que son los lunares.
Helen Mirren, “La Reina” de los lunares
En este período está ocupada filmando “Fast & Furious 10” junto a Vin Diesel, pero la protagonista de “The Queen” también ha sido embajadora de la marca L'Oréal desde 2014. Un papel glamoroso que la lleva a los eventos y desfiles de moda en todo el mundo, como el que tuvo lugar con motivo del lanzamiento de la línea Age Perfect Cosmetics dedicada a las pieles maduras.Cuando llegó a California con un vestido midi de la colección primavera 2020 de Alessandra Rich.
La estrella británica elige lunares o estampado de lunares para el elegante evento diurno. Modernizado con el corte del vestido cruzado, la banda oblicua que se transforma en cinturón y los tirantes reforzados que aportan una solidez inesperada a la silueta.
El vestido negro con efecto transparente
En el estreno vespertino de la película “El buen mentiroso”, la estrella británica opta por un modelo negro acampanado de la marca Goat Fashion. De escote recto y tirantes laterales, tiene doble capa de tul de manga larga con lunares de purpurina y escote anudado.
El look sofisticado y atemporal se completa con los zapatos de tacón bajo en negro mate, el reloj de estilo vintage y el llamativo par de anillos.
El total look con sombrero estilo Ascot
En la vida de una gran dama inglesa, no puede f altar un día en el Festival de Derbyshire, uno de los espectáculos hípicos más prestigiosos del Reino Unido y un evento social que históricamente requiere atuendos llamativos. Aquí también la actriz no tiene dudas y elige el estampado de lunares.
Esta vez, sin embargo, los puntos están en tamaño macro y en una versión de conjunto. El vestido de línea recta con grabado estilo imperio va a juego con el abrigo, que tiene maxi solapas como el ala del sombrero con un mega lazo. Una elegancia surrealista, extravagante y autocrítica que solo los que asisten a las famosas carreras de caballos inglesas pueden entender.
