El año pasado, el Informe Mundial de la Felicidad compiló el clásico anual de los países más felices, es decir, aquellos con una mejor calidad de vida, confirmando a Finlandia en el primer lugar por tercer año consecutivo. Le siguen Islandia y Dinamarca, con Suecia y Noruega en sexto y octavo lugar respectivamente. En definitiva, el norte de Europa se confirma como una tierra feliz.
Y el mérito no es sólo de Hygge, Lagom o Friluftsliv (la afición de los noruegos por pasar la vida al aire libre), filosofías de vida muy extendidas en la zona, sino también de un estilo de vida saludable y de pasar de nutrición. Se llama Nueva Cocina Nórdica, o Dieta Nórdica, y nace de una necesidad muy importante, la de luchar contra la propagación de la obesidad en Escandinavia creando una dieta basada en productos locales.
Dieta nórdica, la idea de combatir la obesidad en Escandinavia
En 2004, un grupo de expertos, nutricionistas, científicos y también chefs destacados como Renè Redzepi de Noma en Copenhague, elegido el mejor restaurante del mundo cinco veces (la más reciente en 2021), comenzó a desarrollar una nueva dieta que toma en cuenta factores importantes como el uso de ingredientes mayoritariamente locales, para incentivar la agricultura y la sustentabilidad, las necesidades y sobre todo para combatir la obesidad que se estaba extendiendo en la región.
Es la Nueva Cocina Nórdica, la Dieta Nórdica dirigida sobre todo a los países escandinavos e Irlanda precisamente porque implica el uso de alimentos originarios de esta zona «Es una dieta basada en el uso de productos locales "reales ", es decir, no industrial, como cereales integrales, fruta fresca, en este caso muchas veces importada del resto de Europa, y frutos secos, pescados y carnes, por tanto libres de aditivos y conservantes y muy nutritivos, y en los que se basa estacionalidad» explica el Dr. Marco Ciambotta, biólogo nutricionista.
A diferencia de lo que afirman muchos detractores, esta dieta en particular no nació para traer de vuelta a la mesa la muy diferente dieta vikinga, sino para crear una dieta contemporánea que se adapte fácilmente al estilo de vida del norte de Europa.
El éxito de la Nueva Cocina Nórdica
Con el tiempo ha comenzado a tener mucho éxito, superando casi por completo a la dieta mediterránea. Y la razón es obvia: no incluye conteo de calorías y da resultados a medio-largo plazo, por lo que te enseñan a comer de una forma más sana y consciente.
Por último, pero no menos importante, es bueno para el organismo: «Su eficacia se basa precisamente en su naturaleza: al eliminar todos, o al menos una gran parte, de los productos refinados e industriales, lo que queda es real y alimentos de temporada, sí muy ricos en nutrientes como omega3, fibra y proteína magra de legumbres y poca azúcar», especifica el experto.
Los alimentos que caracterizan principalmente esta dieta son, de hecho, pescado, incluyendo mariscos, productos lácteos bajos en grasa, hierbas y especias, frutas frescas y secas, bayas, verduras y legumbres, cereales integrales, centeno sobre blanco y, en moderación, caza, huevos, queso y yogur.
Dieta Nórdica VS Dieta Mediterránea
Entonces, ¿hay una gran diferencia entre las dos dietas, la nórdica y la mediterránea? No particularmente. Los ingredientes son muy similares, ambos prefieren el consumo de carne blanca, poco roja, mucho pescado, mucha fibra y poca grasa saturada. La gran diferencia está en el aceite.
El ingrediente clave para ambos, en el escandinavo, es de hecho el aceite de canola «Es difícil de encontrar aquí, y reemplaza el aceite de oliva típico de nuestra dieta. Es un tipo de aceite muy adecuado para cocinar porque resiste altas temperaturas pero, a diferencia del nuestro, no contiene valores antioxidantes y es mejor no consumirlo crudo porque no sabe tan bien como el nuestro».
¿La Dieta Nórdica mejora tu estado de ánimo?
Como todas las dietas saludables, esta también contribuye al buen humor
«Comer sano, con un buen equilibrio entre todos los componentes, mantener un estilo de vida excelente que incluya la convivencia y la relación con los demás, hacer deporte y pasar horas al aire libre, todo ello forma parte de un estilo de vida que va más allá de la simple mesa y que ayuda a mantener el buen humor. Al igual que la dieta mediterránea. En definitiva, diferente pero no demasiado.» concluye Ciambotta.