¿Dónde estamos con las relaciones amorosas tras el shock generado por la pandemia?
La segregación impuesta por el Covid, recordarán, había producido un florecimiento de contactos en línea, caracterizados por una gran prudencia y desconfianza. La inclinación a encerrarse en casa, a bastarse con la vida cotidiana y con uno mismo, había puesto en crisis el desarrollo de las relaciones surgidas en los andenes.
Afortunadamente, hoy esta tendencia parece haberse invertido: las ganas de ver, tocar y compartir están de vuelta.
Pero las nuevas formas de relación se están imponiendo.Así lo sugiere el informe anual de Tinder, una conocida app de citas, que identifica como tendencia creciente lo que define como "situacionalidad" , es decir, algo a medio camino entre una relación oficial y una amistad, en definitiva, una relación amorosa. libre de definiciones o reglas. Lo que podría considerarse como la otra cara, la romántica, de la "amistad con provecho" (amistad con implicaciones sexuales).
En Tinder, las menciones de este estado aumentaron un 49 por ciento en 2022. Uno de cada diez usuarios dice que busca una "situación" como fórmula para disfrutar mejor de una relación.
El fenómeno fue descrito en el semanario Time, en un artículo de la sexóloga Myisha Battle, titulado Las situaciones son el futuro de las citas. Eso no es algo malo.
Preferir este estado serían los más jóvenes, deseosos de conocer a los de su propia especie sin demasiada presión. Por tanto, quedan prohibidos todos los discursos a largo plazo, el compartir casas y cosas y sobre todo preguntas como "¿pero qué somos ahora?" .Una modalidad, según Battle, que permitiría a la pareja centrarse más en el presente y las emociones que en el futuro y la planificación.
Seré jurásica con respecto al universo Tinder, pero al aplicar las viejas y queridas categorías que siempre nos han permitido a las mujeres navegar por la indeterminación de las parejas, me parece que esta tendencia señala la victoria definitiva de el modelo relacional masculino, de carácter liberal, sobre el nuestro, más proclive a un "mercado regulado" .
Las "áreas grises" no son para todos, advierte la sexóloga. Especialmente cuando corren el riesgo de ser para siempre.
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