Junto a collares de perlas y anillos preciosos, la pulsera de tenis no puede f altar en el Olimpo de las joyas con encanto atemporal. Un simple y fino hilo de oro engastado con diamantes: la estructura del accesorio es esencial pero irresistible, un símbolo de una elegancia discreta y susurrada que no conoce estaciones. Clásica y pop a la vez, la pulsera es a la vez el emblema del amor eterno y un elemento decorativo con un alma versátil y no necesariamente formal, para lucir en las más diversas ocasiones. Convirtiéndose así en un passe-partout para brillar todos los días.
Un brazalete de eternidad es para siempre
Lo que distingue a la pulsera tennis de todas las demás joyas es su estructura, máxima expresión de la artesanía y la maestría orfebre. El accesorio, de hecho, consiste en una fila ininterrumpida de diamantes u otras piedras preciosas del mismo tamaño, dispuestos uno al lado del otro. El rasgo distintivo del accesorio es precisamente el diseño continuo, cohesivo y circular, al que debe ajustarse incluso el cierre, desapareciendo en los destellos de los diamantes. El efecto final es casi una ilusión óptica, un círculo perfecto en el que es imposible distinguir principio y final. Por ello, la joya se ha definido durante mucho tiempo como una pulsera de eternidad, convirtiéndose en el símbolo por excelencia de un amor eterno y atemporal, por tanto, un regalo imprescindible entre enamorados. Si originalmente la pulsera estaba decorada exclusivamente con diamantes -blancos, azules o negros- con el tiempo se han ido añadiendo zafiros, esmeraldas, rubíes y circonitas, dando un toque de color y modernidad a un accesorio de aire clásico.
Pulsera de tenis: significado y motivo del nombre
Fue en 1987 que la definición pulsera de la eternidad fue reemplazada por la expresión que ahora había entrado en el lenguaje común. El tenista estadounidense Chris Evert participó en un partido muy reñido en el US Open. Tras un golpe con la raqueta, el atleta se dio cuenta de que había perdido el preciado brazalete que llevaba puesto y pidió al juez que suspendiera el partido hasta encontrarlo. La joya finalmente volvió a la muñeca de su dueño y desde ese momento pasó a ser conocida por todos como una pulsera de tenis.
Evert y su aspecto deportivo despejaron la pulsera de diamantes en los más diversos contextos, confirmando su carácter versátil y sofisticado. Ese alma ecléctica se encuentra hoy en las interpretaciones de las casas joyeras. Damiani ofrece una joya en oro blanco con diamantes de 3,24 quilates, mientras que Swarovski firma un círculo de piedras transparentes sobre un marco chapado en oro rosa.Tiffany & Co. evoca las luces del horizonte de Nueva York con diamantes de talla brillante, Cartier prefiere centrarse en 61 zafiros y un brazalete de oro blanco. Mateo prefiere los tonos más oscuros, Suzanne Klan juega con un arcoíris de matices. ¿El modelo más genial? El firmado por Gucci, caracterizado por un motivo de plumas en brillantes diamantes y un cierre con logo.
Brillo Eterno
Ya sea un regalo de tu pareja o un regalo para ti, la pulsera de tenis no puede f altar en el joyero de toda mujer. En la vida cotidiana se lleva con una camiseta minimalista, camisas entalladas, blazers de gran tamaño, añadiendo un toque de brillo y refinamiento a los conjuntos casual chic. Sin embargo, para las noches que requieren un código de vestimenta formal, la joya puede representar un elemento capaz de "amortiguar" y recalibrar incluso los looks más extra, haciéndolos sofisticados y contemporáneos.Finalmente, en general, la pulsera puede entenderse como un passepartout del que nunca te puedes separar, perfecto en combinación con el reloj de diseño masculino.
Para acompañar cada gesto con un toque de elegancia.
