Incluso las estrellas estaban en gran forma cuando Anna Wintour vino al mundo bajo el signo de Escorpio.
Narra un asombroso desfile del zodíaco entre una ambiciosa Luna en Aries seguida de cerca por Venus en Sagitario: deslumbrantes luces sobre el poder que, como primer acto de rebelión, se deshizo del escorpiónico total black, rápidamente reemplazado por vestidos estampados en tonos brillantes. . La única concesión al negro, las legendarias gafas de Chanel.
El Escorpio legó tres cualidades al famoso editor de Vogue USA: misterio, ingenio y determinación.. Así nació la leyenda de la directora impecable como su casco impecable.
Es la alianza entre Marte y Saturno en Virgo con Júpiter en Capricornio lo que la llevó a lo más alto de su carrera en Condé Nast: directora creativa de por vida.
Ante tanto éxito, uno se pregunta si el corazón es igual de inaccesible. Tras el divorcio de su primer marido, Anna Wintour también parece dejar atrás su segundo matrimonio, el de veinte años con la manager texana Shelby Bryan, de quien se separó hace unos días.
En el centro de los afectos brillan los niños: Charles y Bee, brillante Leonessa, casada con Francesco Carrozzini, hijo de Franca Sozzani, exdirectora de Vogue Italia.
El talento, en el horóscopo de Anna Wintour, parece una trama preciosa como kintsugi, oro líquido capaz de soldar de una generación a otra. Entre deseos, voluntades, luchas y sorpresas.
