Dispositivos de belleza, herramientas faciales para el cuidado tecnológico de la piel

Los dispositivos tecnológicos de belleza para el rostro representan un valioso apoyo para limpiar en profundidad la piel, mejorar el rendimiento de los cosméticos para ser utilizados en sinergia, restaurar el tono y contrarrestar el envejecimiento de la piel mediante la explotación de protocolos ampliamente utilizados en medicina y en salones de belleza como como terapias de microcorriente, luz, calor y frío.

Aparatos de belleza, lo mejor para la piel

«Relajan los rasgos, redefinen los pómulos y perfilan el óvalo. No dan resultados llamativos, pero sí visibles a lo largo del tiempo con un uso constante. Sin duda, contribuyen a revelar una tez radiante, tersa y compacta», explica Corinna Rigoni, presidenta de Women Dermatologists Italy.

«Se utilizan siempre y exclusivamente con sérum, gel o crema. Están diseñados para ser tolerados por todo tipo de pieles, pero siempre es recomendable consultar con un dermatólogo en caso de pieles muy delicadas, sensibles, reactivas y con capilares visibles”.

Masaje con micro-vibraciones, para tonificar la piel

¿Cómo funcionan los dispositivos de belleza en la piel? Algunos con micro-vibraciones sónicas y oscilantes, o percusión, y hacen que la piel se tonifique y terse inmediatamente.

«Las micro-vibraciones relajan los músculos y estimulan los fibroblastos para aumentar la producción de colágeno. También estimulan la microcirculación linfática y vascular, ralentizada y responsable de la hinchazón alrededor de los ojos y las mejillas: con su acción favorecen la absorción del edema», explica el dermatólogo.

Las herramientas diseñadas para este uso están equipadas con diferentes tipos de cabezas: planas para grandes superficies como la cara, el cuello y el escote; cono para el tratamiento del contorno de ojos y zona perilabial; micropunta para estimular la microcirculación en puntos precisos de la frente, las mejillas y el escote; un cepillo con cerdas suaves de diferentes longitudes específicas para la limpieza del rostro, por último, con protuberancias de silicona que eliminan las impurezas de los poros de la piel sin frotar.

Microcorriente estimulante, para tonificar los músculos faciales

Las "microdescargas" que entregan los aparatos de belleza para usar en casa no son como las que se usan en medicina estética. Tienen intensidades más bajas, insuficientes para un efecto lifting inmediato, pero dan una ventaja a la rutina de cuidado.

«Se consideran una especie de “alisador de arrugas” que se utiliza después de aplicar un sérum o un gel portador: por lo general, las sesiones no superan los 60 segundos y dejan el rostro inmediatamente terso y luminoso», afirma Corinna Rigoni .

Mascarillas led: reequilibrantes y antiinflamatorias

En medicina estética, las máscaras Led son muy apreciadas para el tratamiento de pieles apagadas y líneas finas. Las ondas de luz tienen diferentes colores, y cada una logra mejorar condiciones específicas de la piel.

La luz azul reduce los brotes de acné, la luz roja estimula la producción de colágeno y ayuda a mejorar las áreas afectadas por la hiperpigmentación, mientras que la luz amarilla reduce la inflamación.

«En los dispositivos para el rostro, la luz LED se asocia generalmente a otras funciones, como la crioterapia y la termoterapia, y su objetivo es fundamentalmente ayudar a absorber los principios activos específicos contenidos en los tratamientos cosméticos», explica la experta.

Crioterapia y termoterapia para “movimiento”

La crioterapia y la termoterapia son métodos generalmente utilizados en fisioterapia y que asocian frío y calor en el contexto de ciclos de tratamiento desarrollados para patologías y traumas específicos.

En aparatos de belleza, su aplicación tiene una doble función estimulante: provocar una vasoconstricción alternando con una dilatación de los vasos sanguíneos y linfáticos. «Esta doble acción no solo relaja y estimula los músculos, sino que mejora la microcirculación porque la somete a una especie de gimnasia tonificante», concluye Corinna Rigoni.

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