La Fundación Bally abre su casa para el arte en Lugano

Tomó cuatro años darle un hogar a la Fundación Bally, pero ahora que lo tiene, Villa Heleneum en Lugano parece haber sido diseñada exactamente para albergar artistas y obras que se pueden descubrir y experimentar desde ayer de todos. Este proyecto, tan deseado por Nicolas Girotto, CEO de Bally desde 2019, se enmarca en la constante revitalización de la marca suiza, que ha comenzado a desfilar en la Semana de la Moda de Milán y que con la Bally Peak Outlook Foundation (BPOF) se dedica con pasión a la conservación y la protección de las montañas.

Un Lac Inconnu, el hogar de la Fundación Bally

Revitalizar es por tanto el imperativo de la marca, pero también continuar los diálogos que Bally ha llevado adelante en su historia. Como el del arte, que siempre ha sido un elemento clave de la marca. Hasta el día de hoy este vínculo se había materializado a través de prestigiosas colaboraciones con artistas, con MASI (Museo Arte Svizzera Italiana) y con el Bally Artist Award. Hoy se suma una nueva pieza: un espacio capaz de acoger a artistas y visitantes.

Después de mucha investigación, la elección recayó en la magnífica Villa Heleneum, una casa creada por una mujer amante del arte para recibir a creativos de todo el mundo. Y es en sintonía con este espíritu que Nicolas Girotto ha confiado el cuidado de esta fundación a Vittoria Matarrese, experta en arte internacional con un pasado en el Palais de Tokyo en París y en la Villa Medici en Roma.

La decisión de dar el nombre de Un Lac Inconnu (un lago desconocido) a la selección de artistas y exposiciones temporales de la Fundación Bally se debe tanto al hecho de que Matarrese no conocía el lago de Lugano y estaba fascinado por él, pero también de la referencia a Proust: «La emoción hace que lo que queríamos decir se desvíe y florezca en una frase completamente diferente, emergiendo de un lago desconocido».

Los artistas y las obras

En palabras de la comisaria Vittoria Matarrese: «Un lac Inconnu es la búsqueda de una vibración común entre lo que sucede dentro y fuera, en estos jardines diseñados con sombra de ojos por Hélène Muheim, grabados por Willa Wasserman o tejidos por Elise Peroi, en el que las forsitias gigantes de Petrit Halilaj y ÁlvaroUrbano nos protegen de las tormentas emocionales y donde podemos encontrarnos con las figuras mitad humanas mitad vegetales de Vito Acconci, las flores aladas de Wilfrid Almendra y los objetos animados/animistas de Rebecca Bocina."

Es fascinante notar cómo la villa, el paisaje y las obras de arte trabajan juntos para crear una experiencia única. Subiendo las escaleras hasta el primer piso, los rayos del sol atraviesan las dos enormes flores de Petrit Halilaj y ÁlvaroUrbano, arrojando una luz siempre cambiante sobre los hombres de hiedra de Vito Acconci y creando matices inéditos en los dibujos naturalistas de Hélène Muheim cuyos reflejos nacarados de la los hombrecitos varían cada cambio de iluminación.

Continúa Matarrese: «Una exploración del subconsciente, como en la obra de Paul Maheke, de las grietas e imágenes que nos habitan, de las voces que nos obsesionan, como las de la escultura de Tania Gheerbrant, de la de Yannick Haenel narración o el coro de Adélaïde Feriot, tan maravillosos como inquietantes. Si el fresco de Mathias Bensimon nos ofrece una vista especular del lago, la pintura de Oliver Beer y la escultura de Ligia Dias se han adentrado en las profundidades del agua para encontrar los elementos que las componen, mientras que Mel O' Callaghan hace resonar las respiraciones en lo más profundo de nuestro ser. .

Hay dos actuaciones que amenizan el recorrido por la Fundación. Si el trance inducido por los intérpretes de Mel O'Callaghan en su "Respire, Respire" , creada en colaboración con Sabine Rittner (investigadora asociada y musicoterapeuta del Instituto de Psicología Médica del Hospital Universitario de Heidelberg en Alemania), es un emotivo e impactante, las voces del coro de Adélaïde Feriot nos transportan a la antigüedad, al preludio de una tragedia griega.

Ambas actuaciones se realizarán una vez al mes dos veces al día. Consulta los horarios si no te los quieres perder.

Por último, Matarrese añade: «Frente al lago, bajo el lago, somos los exploradores solitarios de los vestigios del paisaje y de nuestras memorias, siguiendo el ejemplo de Caroline Bachmann, Emilija Škarnulytė o Karim Forlin, creando un puente, una brecha que nos permite adentrarnos más de cerca en un territorio, su historia y sus mitos.En una superposición de tramas narrativas y temporales, atravesamos la Villa como si hojeáramos un diario íntimo" .

Las pinturas de Caroline Bachmann nacen de la recopilación matemática de datos meteorológicos: temperatura del aire, nubes que ella transforma en pinturas. Emilija Škarnulytė es una sirena que, cruzando una ciudad sumergida frente a Nápoles, nos hace reflexionar sobre el hidrofeminismo y la precariedad de la civilización y el planeta.

Cada artista, cada obra, cada performance nos toca, nos modifica, nos integra al territorio. En un espacio, el de la Fundación Bally, que no solo estará siempre abierto a todos los artistas, sino también a todos los visitantes de Lugano, que pueden entrar en Villa Heleneum en cualquier momento, ya sea para darse un chapuzón, para hacer una sesión de yoga o sumergirte en una de las obras. Como esas voces que ha captado Tania Gheerbrant, entre las que consiguen dialogar entre dimensiones sólo aparentemente lejanas.

Información: ballyfoundation.ch Via Cortivo 24, 6976 Lugano, Suiza

Articulos interesantes...