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Todo gracias al anuncio de Pupi Avati en el Resto del Carlino. Buscaba caras interesantes para la película Brothers and Sisters y Stefano Accorsi, de apenas veinte años, tenía cara. Piscis, inquieto y sensual, dispuesto a lanzarse lejos del cuenco de cristal, pero con un marco sólido de planetas terrestres que lo ciega a la realidad.
Pero será el resplandor del ascendente Leo, junto con Júpiter y Marte en Sagitario, para llevarlo al escenario del Teatro Stabile de Bolonia. Y allí, comienza a trabajar entre sus claroscuro, los tormentos y esa sonrisa quebrada por una seducción esquiva. Capaz de hundirse y salir de la apnea con desencanto en los ojos.
Pero la presencia de Saturno en conjunción con la Luna en Tauro vela por la estabilidad, para evitar que Piscis se pierda en otro lugar. Especialmente ahora, a un tiro de piedra de los 50 años. Después de mucho navegar, muchos amores y tres hijos. Ha pasado mucha vida de la Radiofreccia de Luciano Ligabue donde en 1998 obtuvo el primer David.
Entonces el gran éxito con El ultimo Beso de Gabriele Muccino, el teatro y la extraordinaria colaboración con Ferzan Özpetek. Que en la última película La diosa fortuna vuelve a introducir el tema de quedarse o huir. Donde encontramos un Accorsi perfecto en el papel de Arturo, el Piscis que oscila entre la responsabilidad sentimental y el deseo de carga. Que levanta su mirada dolorida, salpicada de cinismo, incluso sobre nuestra silenciosa ambigüedad.
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