En 1967 La reina Isabel tenía "sólo" 40 años. Mirando hacia atrás la imagen que la ve como protagonista en la campiña escocesa de Balmoral, donde siempre va de vacaciones de verano, luce igual que hoy.
La falda escocesa
Hacerlo "imperturbable" en los cambios de tiempo es precisamente la mirada: pañuelo en la cabeza, chaqueta de tweed, falda a cuadros y botas de goma. ¿Cuántas veces se ha vestido así a lo largo de los años? Un estilo el de la reina muy parecido a su naturaleza: siempre ha confesado que si no se hubiera convertido en reina, habría sido una feliz aristócrata campestre. Esa tarde de octubre está con su mejor amigo, Lord Porchester, paseando con los perros de caza.
El fular vinculado al estado de ánimo
los foulard es uno de los elementos fundamentales de la mirada de la reina Isabel. Junto con el inevitable bolso Launer, mocasines, broches y pintalabios rosa. Tiene miles de bufandas, todas ordenadas y cuidadosamente catalogado por su tocador oficial, Angela Kelly. Muchos están hechos a mano según sus gustos; otros son "antiguos". En la corte se susurra que a partir de la elección del color se puede entender su estado de ánimo: si es rosa es un buen día.