En tiempos de crisis climática y emergencia ambiental, puede ser el momento de buscar un nuevo hogar. En otro planeta. Nunca antes los diseñadores habían mirado más allá de la atmósfera esta temporada, encontrando inspiración en mundos desconocidos y tierras muy lejanas, trayendo seres misteriosos y prendas conceptuales de vuelta a la Tierra (y a la pasarela). Un universo extraterrestre en el que perderse y encontrarse, empezando por el bolso Coperni realizado con meteoritos reales. Para una moda verdaderamente espacial.
Meteorito a mano con la bolsa Coperni
La casa de moda dirigida por Sébastien Meyer y Arnaud Vaillant está acostumbrada a sorprender, con perros robot y trajes de spray.Sin embargo, durante el desfile dedicado a la temporada Otoño Invierno 2023/24, Coperni presentó un accesorio inédito. La última iteración de su accesorio más famoso se ha convertido en un artefacto de astronomía. El Meteorite Swipe Bag de Coperni está hecho de piedra gris derivada de la roca lunar que llegó a la Tierra hace unos 55.000 años y fue encontrada en 1968 en el sur de Francia. El It Bag más extraterrestre que existe se crea por encargo a partir de hallazgos de fragmentos lunares desenterrados en varias partes del mundo, con un tiempo de espera de seis semanas para recibirlo y un coste de 40 mil euros. El precio a pagar por llevar un trozo de luna de verdad.
Pasarelas alienígenas
Un mundo no es suficiente. Esta temporada, los diseñadores y las maisons han ido más allá de los límites terrestres, satisfaciendo un deseo imparable de escapismo y exploración. Off-White aterrizó en Marte, entre arena roja, piedras celestes y superficies espejadas, seguida de cerca por Eastpak, que para su última campaña Built To Resist ha imaginado una nueva vida en el planeta rojo (en 100 años).
Misteriosas criaturas hicieron su debut en la pasarela, seres no identificados capaces de encantar y perturbar. Maestro de los volúmenes y los cortes escultóricos, Rick Owens ha imaginado un ejército de mujeres de miradas magnéticas que parecen recién bajadas de su nave espacial (no está claro con qué intención). Diesel evoca extraterrestres con piel metalizada e iridiscente, mientras que el futurismo según JW Anderson está hecho de vestidos tubo acampanados en los que reflejarse.
Guerreros en un futuro distópico
Cuando no se trata de seres de universos desconocidos, a la moda le encanta dar forma a criaturas postapocalípticas, supervivientes de eventos dignos de The Last of Us o protagonistas de realities vistos en Dune o The Mandalorian. Mujeres amazonas equipadas con armaduras –diseñadas por Paco Rabanne o Louis Vuitton– listas para cualquier cosa, con atuendos de alto rendimiento entre catsuits como una segunda piel y estampados estelares, desde Burberry hasta Maisie Wilen.
Ropa vestidos de silueta, látex, tachuelas y pinchos, detalles efecto envejecido hablan de un futuro bélico y nada halagüeño, en el que la moda se convierte en uniforme de lucha por salvar el planeta. O para afrontar un viaje por las atmósferas.
Hasta el infinito y más allá.
