ELA, esclerosis lateral amiotrófica: hoy es posible frenarla

La ELA, acrónimo de esclerosis lateral amiotrófica, es una de las enfermedades neurodegenerativas más complejas y difíciles de estudiar. Lamentablemente a la fecha no existen curas pero para una forma particular, aquella en la que hay una mutación en el gen SOD1, algo se empieza a mover. Los resultados de un reciente estudio clínico publicado recientemente en el New England Journal of Medicine muestran que vamos por el buen camino: el uso de Tofersen, una molécula capaz de "detener" la actividad anómala de SOD1, ha demostrado ser útil para reducir cantidad de proteínas "tóxicas" que causan enfermedades.Un resultado importante que, si bien no representa la cura de la ELA, abre interesantes perspectivas en el control de la enfermedad y su evolución.

Sla: un acrónimo, diferentes causas

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la pérdida progresiva de la función de las neuronas motoras, las células nerviosas del cerebro y la médula espinal que permiten los movimientos musculares voluntarios. Hasta la fecha, se estima que alrededor de 6.000 personas solo en Italia están afectadas por esta enfermedad. Detrás del desarrollo de la enfermedad hay varias causas, muchas aún quedan por identificar. Uno de ellos es la presencia de la mutación en el gen SOD1, responsable del 2% de todos los casos de ELA. Es un gen particular implicado en los mecanismos de defensa frente a los agentes oxidantes. Cuando esto no funciona, las neuronas motoras se dañan lo suficiente como para generar la enfermedad.

Borrar Sod1

Partiendo de esta suposición, la investigación se ha centrado en el desarrollo de posibles moléculas capaces de neutralizar la actividad anómala de SOD1. Uno de ellos es el tofersen, un fármaco que entra en la categoría de los oligonucleótidos antisentido, moléculas que "secuestran" la información necesaria para la producción de la proteína asociada al gen SOD1. De esta forma, al bloquear la acción del gen mutado, se espera eliminar la proteína anormal que causa el daño a las neuronas motoras.

Puedes ralentizar la enfermedad

El estudio publicado recientemente evaluó la acción del fármaco en 108 personas con ELA SOD1 de 10 países: dos tercios recibieron el fármaco en 8 inyecciones, los demás un placebo, el análisis evaluó varios parámetros asociados a la enfermedad después de 24 semanas de tratamiento. Al final, de forma voluntaria, todos los participantes (incluso los que recibieron el placebo) pudieron continuar recibiendo la terapia.El objetivo principal del estudio fue verificar la Escala de calificación funcional revisada, es decir, la capacidad motora. Desafortunadamente, después de 24 semanas, no hubo una diferencia significativa entre los que tomaron el fármaco y los que tomaron el placebo. El objetivo secundario fue la evaluación de los "marcadores" de la enfermedad, es decir, la presencia tanto de SOD1 como de los neurofilamentos asociados a la enfermedad. Tofersen pudo reducir significativamente la presencia de estas proteínas.

Mejora la función motora

Buena noticia a la que se suma la relativa al análisis "interino" realizado seis meses después de la inclusión de todos los participantes en la recepción del fármaco. En este caso, se encontró una mejoría estadísticamente significativa en la función motora en el grupo que inició el tratamiento de inmediato, en comparación con los que iniciaron la administración tardíamente. Finalmente, un año después del inicio del estudio, algunos participantes mostraron una estabilización de la fuerza y el control muscular, un resultado extraordinario para una enfermedad caracterizada por una pérdida progresiva del tono muscular.Ralentizar la neurodegeneración es algo nunca antes logrado en la ELA. Los próximos meses serán decisivos para comprender la bondad de este enfoque.

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