Malos hábitos que envejecen la piel

No es solo el paso del tiempo: la piel también envejece debido a algunos malos hábitos que de alguna manera aceleran la aparición de arrugas, pequeñas marcas, discromías, aspecto cansado. Fumar y una dieta desordenada serán los más obvios, pero hay otros, desde una limpieza facial inadecuada hasta el uso de cepillos sucios que pasan factura. Cómo solucionarlo.

Cinco malos hábitos que envejecen tu piel

1. El humo y esos años extra en la cara

«A medida que aumenta el número de años y de cigarrillos fumados, aumenta la facilidad para desarrollar arrugas, piel seca, color apagado.Las características más comunes del rostro de un fumador son, de hecho, pequeñas marcas alrededor de los labios y los ojos, una tez desigual y una piel pálida e inelástica», explica la Dra. Sonia Mele, dermatóloga del Centro Médico Primus Forlì.

«Fumar también es fuente de radicales libres que dañan la epidermis e interfieren en la regulación de la síntesis de colágeno y elastina, dejándola menos tonificada y más arrugada», añade.

Pero eso no es todo. Porque fumar provoca vasorrestricción al dificultar la oxigenación y por ende el brillo epidérmico. ¿Cómo intervenir? «Dejar de fumar es sin duda una clave principal para mejorar la salud general del organismo, tanto a corto como a largo plazo. Incluso la piel del rostro se beneficia, volviéndose más tonificada, luminosa y suave, reduciendo la acumulación y la dificultad de eliminación de los radicales libres y mejorando la capacidad de cicatrización y reparación», explica la experta.

2. Malos hábitos bajo el sol

Otro mal hábito muy común es la exposición al sol salvaje que provoca fotoenvejecimiento y elastosis solar.

«Esta condición degenerativa afecta el tejido conectivo de la dermis y sus componentes, como el colágeno y la elastina, provocando adelgazamiento de la piel, pérdida de elasticidad y tonicidad, sequedad y arrugas. También puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. Los rayos UVB son los principales responsables de los tumores no melanoma, mientras que los rayos UVA causan daño oxidativo y mutaciones oncogénicas, que pueden contribuir al desarrollo del melanoma», continúa la Dra. Sonia Mele, dermatóloga del Centro Médico Primus Forlì.

«Para prevenir todo esto, siempre debes exponerte protegido con protector solar SPF50, usar cabello y gafas de sol y evitar las lámparas solares con fines cosméticos».

3. Una mala alimentación, la f alta o el exceso de ciertos alimentos

La piel opaca es a menudo un signo de una mala alimentación. “Comer alimentos excesivamente procesados puede afectar tu piel: los azúcares refinados se descomponen en carbohidratos mucho más rápido que los naturales, dejando tu piel gris y desigual”, explica el Dr. Andrea Giuseppe Di Stefano, dermatólogo del G.B. Hospital Mangioni en Lecco.

Mantener una dieta equilibrada compuesta por alimentos naturales sin refinar y sin procesar es fundamental: «Entre los alimentos más críticos en cuanto al brillo epidérmico encontramos los denominados alimentos “blancos”, como la pasta, el arroz, el pan y azúcar y alimentos de "avellana" , es decir, pasteles, rosquillas, pasteles, tartas, galletas, brioches. Sin olvidar que el alcohol deshidrata la piel, facilitando además la hinchazón y la retención» explica la Dra. Mele.

Esencial, hidratación. «Beber poca agua es un mal hábito que también tiene consecuencias sobre el envejecimiento de la piel. La deshidratación se manifiesta en forma de sequedad, descamación y tono desigual.Si bien estar hidratado no afecta los niveles de firmeza de la piel, aún le brinda un brillo y un brillo saludables”, agrega el Dr. Di Stéfano.

4. Las pocas horas de sueño se muestran en la cara

La deficiencia de sueño contribuye al envejecimiento epidérmico. No solo porque se hacen visibles las ojeras, las bolsas y la tez apagada, sino sobre todo porque sin el descanso adecuado, la piel muestra una capacidad reducida para recuperarse de los daños causados durante el día.

«Durante las fases más profundas del sueño aumenta la producción de colágeno y se desencadenan las actividades metabólicas de regeneración profunda de la piel», explica la Dra. Mele.

¿Cómo intervenir entonces? Con una adecuada rutina previa al descanso y un poco de rutina saludable: acuéstate siempre a la misma hora, permítete momentos de relajación como un baño caliente, evita el uso de tecnología, no tomes cafeína ni comidas pesadas y asegura una excelente calidad. almohadas.

5. Cuidado de la piel: malos hábitos para cambiar

No basta con elegir productos específicos para tus necesidades epidérmicas sino también con adoptar comportamientos correctos. maquillarse cuidadosamente todas las noches es una regla de oro: «dormir con el maquillaje puesto puede causar irritación, obstrucción de los poros e imperfecciones al despertar», añade la Dra. Mele.

«Por ejemplo, una limpieza facial demasiado agresiva provoca sequedad y opacidad. Otra actitud incorrecta es el uso de agua demasiado caliente. Incluso las duchas demasiado largas resecan las capas externas de la piel», explica el Dr. Di Stefano. Alternar agua fría y caliente es un buen truco, alternar los limpiadores según las fases del año y el aspecto de la piel y no abusar de la exfoliación, como máximo una vez por semana.

¿Un último detalle? Brochas de maquillaje: entre sus cerdas pueden colarse bacterias y suciedad y pasar sin saberlo a la epidermis todos los días. Recuerda lavarlos con champú para bebés una vez a la semana y secarlos al aire. Y la piel te lo agradecerá.

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