El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es la disfunción hormonal más común en la edad fértil. Una condición que afecta del 5 al 10% de las mujeres. Si se descuida, puede tener repercusiones tanto en el aspecto reproductivo como metabólico. El Dr. Marcello Ceccaroni, Director del Departamento de Ginecología y Obstetricia del IRCCS Sacro Cuore Don Calabria en Negrar, Verona, lo explica.
Ovario poliquístico: ayer y hoy
«Anteriormente se consideraba una condición muy rara, propia de mujeres con sobrepeso, sin pelo, barbudas y propensas al acné.En realidad, solo se detectó una parte muy pequeña y grave del fenómeno. De hecho, no había posibilidad de diagnóstico con ecografía y análisis de sangre como ocurre hoy. Una diferencia sustancial es que actualmente estamos hablando de un síndrome. Incluso disfunciones hormonales leves, a veces impalpables, están presentes. A menudo, la paciente descubre el síndrome de ovario poliquístico solo después de la primera visita ginecológica o después de un control de ultrasonido», explica el doctor Ceccaroni.
Síndrome de ovario poliquístico: síntomas
«Lo que caracteriza al síndrome de ovario poliquístico es un aumento en los niveles de hormonas masculinas, andrógenos. Cuando estos comienzan a producirse más de lo normal, aparecen los primeros síntomas. Una primera señal de alarma está relacionada con los trastornos menstruales: periodos que se s altan o se vuelven irregulares, escasos o ciclos prolongados. En algunos casos, la menstruación incluso desaparece. Otros síntomas son la fragilidad del cuero cabelludo y por tanto del cabello, lo que conlleva a la caída y por tanto también a la alopecia o calvicie.También se produce hirsutismo, un exceso de vello en la cara y el cuerpo, y en muchos casos aparece el acné, muchas veces asociado a una piel más grasa. Una ecografía muestra un ovario micropoliquístico con folículos, es decir, muchos pequeños quistes de ovario funcionales», continúa la experta.
El diagnóstico
«Cuando se está en presencia de alguno de los signos o síntomas ilustrados, es necesario formular un diagnóstico para intervenir de forma terapéutica y evitar las consecuencias en el tiempo. El primer paso es sin duda una ecografía pélvica que permite ver la estructura de los ovarios que en la mayoría de los casos serán multifoliculares o micropoliquísticos. Luego procedemos con dosis completas de hormonas basales y andrógenos, incluyendo testosterona, progesterona, prolactina, LH o hormona luteinizante, hormona estimulante del folículo, FSH y hormonas tiroideas. Es preferible realizarlas en los primeros 5-6 días del ciclo», aconseja el Doctor Ceccaroni.
Aumento de peso y otras consecuencias
«Como consecuencia de estas alteraciones endocrinas más o menos leves, se puede desarrollar progresivamente un síndrome metabólico con resistencia a la insulina, requisito previo que favorece una condición de sobrepeso u obesidad. Por lo tanto, se debe enfatizar que no son solo trastornos ginecológicos, sino que pueden tener repercusiones en todo el equilibrio del organismo, incluida la funcionalidad de la tiroides. Nos encontramos con un campo más complejo que, con el tiempo, conduce también a una capacidad ovulatoria reducida, con reducción o pérdida de la fertilidad, tanto que muchas pacientes suelen tener dificultades para buscar un embarazo», subraya la experta.