El síndrome de Raynaud es un fenómeno que se caracteriza visualmente por una palidez repentina en la punta de uno o más dedos de las manos o de los pies. Los cambios en el color de la piel van acompañados de una sensación dolorosa. Pero, ¿qué causa este trastorno y qué hacer si se vuelve más frecuente a partir de un episodio aislado?
Síndrome de Raynaud: las diferentes etapas
«El síndrome de Raynaud se produce como respuesta al frío, a un cambio brusco de temperatura o al estrés emocional. En raras ocasiones, además de los dedos, se ven afectadas otras partes del cuerpo, como la nariz y la lengua. Es causada por un espasmo de las pequeñas arteriolas de las extremidades, lo que impide el flujo de sangre.Típicamente el fenómeno se desarrolla en tres fases, que corresponden a tres colores: primero hay vasoespasmo y los dedos se vuelven muy pálidos, luego hay parálisis vascular y los dedos se vuelven cianóticos, luego se enrojecen y luego vuelven a la normalidad. En algunos casos, sin embargo, solo hay dos fases: el área se vuelve muy blanca y luego vuelve a la normalidad. A menudo, el cuadro se completa con alteraciones de la sensibilidad que van desde una disminución de la misma hasta un dolor franco», explica el doctor Marco Fusconi, especialista en Reumatología del Policlínico Sant'Orsola de Bolonia.
Mujeres más afectadas
«En sí no es especialmente preocupante: 9 de cada 10 veces se presenta de forma aislada y se define como primaria, ya que no se asocia a patologías. Por lo tanto, no es una enfermedad sino solo un vasoespasmo periférico. En el 10% restante de los casos, sin embargo, se trata de una manifestación asociada a otras condiciones, entre las que las más frecuentes son las patologías reumatológicas.Afecta más a las mujeres, especialmente en el grupo de edad entre 20 y 40 años. De ellos, un porcentaje variable entre el 10 y el 30% pueden presentar el síndrome de Raynaud al menos una vez en la vida. Cuando aparece por primera vez, sugiero no alarmarse, sino preguntarse: ¿es predictivo de alguna enfermedad o es simplemente un desagradable escollo?”, subraya la experta.
Cómo diagnosticar
«Si se presenta de forma aislada, también puede ser adecuado limitarse al seguimiento clínico. Sin embargo, si recurre, vale la pena hacer una evaluación, pero sin demasiada ansiedad, para comprender si se trata de un síndrome de Raynaud primario o si es una manifestación de una enfermedad reumatológica. Los elementos clínicos predictivos de un síndrome primario son, además de la evidente ausencia de otros problemas, la bilateralidad y el inicio a una edad temprana. Por el contrario, los elementos de sospecha de una forma secundaria son el inicio después de los 40 años, el dolor y la presencia de otras enfermedades autoinmunes o reumatológicas.En estos casos, la evaluación debe hacerse con prontitud y luego será el médico quien decidirá la prescripción de nuevas pruebas», prosigue el doctor Fusconi.
Exámenes de diagnóstico
«El examen físico, junto con la historia clínica, como siempre en medicina es y sigue siendo el examen más importante, porque permite al médico elaborar la sospecha más probable. La prueba de laboratorio más útil ante la sospecha de una enfermedad del tejido conjuntivo es la búsqueda de anticuerpos antinucleares (ANA), que, además, también pueden estar presentes en quienes no los tienen. Si es necesario, procedemos con otras pruebas, incluyendo crioglobulinas u otras. También es muy útil la capilaroscopia, un examen instrumental que consiste en observar la morfología de los capilares en la base de la uña, cerca de la cutícula, con una lente de gran aumento. Es una investigación no invasiva, cuyas imágenes pueden ser de ayuda clínica ya que evocan una enfermedad del tejido conectivo”, destaca el experto.