La ansiedad y el estrés suelen ser la causa de pensar demasiado o pensar demasiado. Pero si pensar es tan útil, ¿por qué la gente se pierde en cavilaciones y angustias? El análisis constante de la propia vida y de uno mismo no suele ser deseable, es imparable y contraproducente. Normalmente, nuestro cerebro nos ayuda a resolver problemas y entender las cosas con mayor claridad, pensar demasiado produce el efecto contrario. Entonces, ¿qué hacer para salir de este vórtice?

Pensamiento excesivo e infelicidad
Pensar demasiado es una de las principales causas de la infelicidad. Muchas veces nos quedamos atrapados en un ciclo interminable de pensamientos y esto genera malestar. La solución es permanecer en el presente y dejar de pensar en las cosas que no importan. Nick Trenton, psicólogo del comportamiento, lo explica en su último trabajo, "Stop Overthinking" (LSWR). Un libro para todos aquellos que pierden la cabeza en la trampa de la ansiedad y el estrés. El autor se basa en los principios de la psicología del comportamiento y guía a los lectores a través de obstáculos con técnicas y estrategias que ayudan a reducir la ansiedad, controlar los pensamientos y cambiar los hábitos mentales.
Ansiedad: posibles causas
Lo que parece claro es que la ansiedad genera sobrepensamiento, pero ¿cuál es la base del trastorno de ansiedad? “La investigación sobre las causas de la ansiedad aún está en curso. Algunas teorías en competencia sugieren que es una cuestión de personalidad o una predisposición biológica, es decir, heredada de padres igualmente ansiosos.La ansiedad a menudo ocurre junto con otros trastornos, tanto mentales (como la depresión) como físicos (como el síndrome del intestino irritable). Sin embargo, se ha observado que determinados colectivos, por ejemplo las mujeres, lo padecen más y que elementos como la alimentación, estilos de vida estresantes, traumas previos e incluso la cultura juegan un papel activo», explica Trenton.
Ansiedad y genética
«Ningún experto jamás ha sido capaz de identificar con absoluta certeza una sola causa genética para la ansiedad. Sin embargo, los investigadores han descubierto un componente genético. El Dr. Purves, junto con otros en el estudio de Psiquiatría Molecular, publicado en 2019, argumentó que el cromosoma 9 porta genes asociados con el desarrollo de la ansiedad. Tener estos genes, sin embargo, de ninguna manera significa que desarrollará ansiedad. El estudio continúa explicando que los trastornos de ansiedad tienen una tasa de heredabilidad del 26 por ciento. ¿Qué pasa con el 74% restante? Esto depende del entorno y de factores como los antecedentes familiares, las experiencias pasadas y el estilo de vida actual.Este tipo de investigación puede ser complejo porque hay dos formas de "heredar" la ansiedad de los padres: una es genética, la otra reside en la crianza, en nuestras primeras experiencias formativas, etc. Por tanto, es complicado separar los elementos de influencia genética de los conductuales», continúa el experto.
Estrés: ¿positivo o negativo?
«El estrés no es algo malo. Si es “eustrés”, o estrés bueno, tendremos una especie de presión diaria que nos inspira, nos mantiene alerta y nos desafía a mejorar. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve demasiado intenso, tiene el efecto contrario y solo funciona para agotar nuestros recursos psicológicos, haciéndonos sentir incapaces de reaccionar. En el otro extremo, también podemos estar estresados por la f alta total de estimulación: es "hipoestrés" y ocurre cuando nuestro entorno no nos desafía lo suficiente. Esto nos demuestra que para sentirnos bien no necesitamos un entorno libre de estrés, sino que se adapte a nuestras necesidades», subraya Trenton.