La pandemia de COVID-19 nos ha recordado lo frágiles que podemos ser y, desde entonces, las personas de todo el mundo le han dado cada vez más importancia a su salud diaria. Un hábito que continúa, afortunadamente. En este ámbito, la tecnología ha avanzado constantemente, no solo mejorando las estructuras hospitalarias, sino también haciendo evolucionar los dispositivos de cuidado personal. Balanzas cada vez más precisas capaces de distinguir masa grasa de masa magra, tensiómetros portátiles para tener en casa, aparatos para monitorizar la saturación de oxígeno en sangre y la frecuencia cardíaca.
Sin dejarse abrumar por miedos desmotivados o caer en la hipocondría, mantener el control es una buena manera de prevenir posibles disturbios y darse cuenta rápidamente si algo anda mal.
Relojes inteligentes que monitorean la salud
Además de los dispositivos antes mencionados, existen otros, aún más compactos y portátiles –y que quizás ya tengas–, que se están convirtiendo cada vez más en herramientas útiles también para la salud. Hablamos de relojes inteligentes y fitness trackers, hasta ahora utilizados principalmente para monitorizar el rendimiento deportivo, las calorías quemadas, los pasos realizados durante el día y para recibir llamadas y notificaciones en movimiento.
Desde hace un tiempo, estos dispositivos han comenzado a introducir funciones más relacionadas con la salud y el bienestar en general. Ahora, no solo son capaces de llevar un registro de los latidos de nuestro corazón, sino que miden el nivel de oxígeno en la sangre, un parámetro que ya conocemos muy bien, registran los momentos de mayor estrés, detectan anomalías cardíacas y analizan la duración, incluso al detalle. y calidad del sueño.Algunos, incluso, son capaces de medir la presión arterial con bastante precisión directamente desde la muñeca.
Smartwatch, salud y calidad del sueño
Dormir es un momento de reinicio para la mente y el cuerpo. El descanso nocturno fortalece la salud física y cognitiva y ayuda a las personas a desempeñarse mejor en tareas que requieren largos períodos de concentración. A menudo subestimado por los adictos al trabajo para quienes dormir es 'simplemente una pérdida de tiempo', descansar bien es esencial para mantener las funciones físicas y mentales y un estado de bienestar general.
Ante el impacto que ha tenido la pandemia en nuestros hábitos diarios, según una reciente investigación realizada por Samsung, la duración y la calidad del sueño han cambiado en todo el mundo. Pero una vida más larga no significa necesariamente una mayor calidad. A los efectos de este análisis, la duración se refiere a la cantidad de tiempo que se pasa en la cama tratando de dormir, mientras que la calidad del sueño mide el porcentaje de tiempo que realmente se duerme.Si bien las personas en todos los países disfrutan en promedio de noches de descanso más largas que antes de la pandemia, ha habido una disminución general en la calidad del sueño.
La Edad es otro factor que aporta ideas interesantes. Aunque todos los grupos de edad durmieron más tiempo, la calidad del sueño disminuyó con el aumento de la edad. La excepción son las personas de entre 20 y 39 años, que han visto un aumento en la calidad de su descanso.
Cómo mejorar la calidad del sueño
Si tú también tienes noches inquietas, te cuesta conciliar el sueño o te despiertas repetidamente, puedes seguir los consejos de Tediber, especialista en colchones y productos para la cama. La primera sugerencia es crear un ambiente relajante, rodearse de muebles mínimos y colores que den sensaciones positivas. Las plantas aromáticas como la lavanda, la albahaca y la manzanilla pueden tener un efecto calmante adicional en el cuerpo y promover el sueño.
Además, es importante dormir en una habitación fresca y bien ventilada. Una temperatura ambiente baja -alrededor de 18°- y una piel cálida son la combinación perfecta para conciliar el sueño.
Luego elimina el ruido y las fuentes de luz. Si lo desea, puede usar 'música blanca' para cubrir los sonidos externos.
Coma bien por la noche: irse a dormir con el estómago vacío puede tener consecuencias negativas en el descanso, pero es muy probable que incluso una comida muy sustanciosa perturbe el sueño.
Finalmente, apaguen sus pantallas. Las computadoras, los televisores y los teléfonos inteligentes son dos fuentes de luz que inhiben la liberación de melatonina, la hormona que regula el ciclo de sueño y vigilia. Un buen hábito es, por tanto, apagar estos dispositivos al menos una hora antes de acostarse. Un libro, una revista, una charla o simplemente el silencio de un ambiente capaz de promover la calma ayudarán a preparar el cuerpo para el descanso nocturno.